Ha Long Bay

No, no voy a hablar de Hanoi. 

Bueno, les puedo decir que si Ho Chi Minh es Maracaibo, Ha Noi es La Puerta. O Mérida. Déjalo en Mérida. Está como mejor.

Pero Ha Lonh Bay... 

Estuve, qué, ¿2 semanas...? Algo así estuve tratando de encontrar palabras y coherencia para poder contar la experiencia por acá. Y mira, aquí me encuentro derrotado porque estoy seguro de que lo que diga no le hará justicia. Por esto mismo, déjame comenzar con decirte que si puedes, si algún día tienes la oportunidad de viajar, Ha Long Bay TIENE que ser un destino.



Primero te cuento lo técnico: nos montamos en una especie de barco - tour, no lo suficiente grande como para llamarlo crucero. Aclass, se llamaba la compañía. Stellar, se llamaba el barco. Dos pisos, cabinas como para 30 personas a lo mucho. Precio razonable, comidas incluídas, bebidas no (pero si te esperas a la noche hay dos por uno, lo que hace que cualquier cosa sea ridículamente barata). Dos días incompletos, una noche. Paradas para nadar, navegar a remo, ir a una cueva en una de las formaciones rocosas. Ya. Técnicamente eso era todo. 

Ahora, estar ahí, es navegar a las aguas del fin del mundo. Esos que quisieron retratar en Piratas del Caribe. Tan así, que sentías en entre la neblina y las formaciones rocosas iba a aparecer en cualquier momento el borde por donde se va a la nada. Tan aterrador, como fascinante. Tan magnífico como pacífico. Nadar en esas aguas fue, a pesar de la cobardía con la que salté, la fría realización de estar vivo. Y mira que estaba fría: 18 grados. 

- Un ruso que estaba en el mismo bote se estaba quejando de lo tibia que estaba, pero yo soy de Maracaibo, dejame estar -

Despertar en la cabina con vista a las formaciones rocosas y el agua esmeralda, tan anciana como los tepuyes, me hizo sentir que no he viajado suficiente. 

Y no he viajado suficiente. 

La vista en la noche de los barcos anclados para reposar la cena, pescar calamares pero no agarrar ni uno, adentrarme en una cueva preparada para que uno pudiera apreciar todo su esplendor con un espectáculo de luces entre naturales y artificiales, hacer todo esto con familia. No he sentido nunca con mayor intensidad el estar vivo.

¿Ven? Las fotos, las pocas palabras, no le hacen justicia. Tienen que ir a probar un pedazo del fin del mundo. Vayan a Ha Long Bay. 


Nota: Ha Long significa dragón descendiente. 

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