Arelis
Cuando Arelita visitó por primera vez la biblioteca del estado no sabía leer muy bien, pero por alguna razón que es ajena a mi entender quiso leerme un cuento. A ver, mi trabajo en la biblioteca era el contrario: yo era el que le leía cuentos a los niños; pero vino esta niña que apenas sabía tejer una letra con la otra a quererme leer un cuento a mí y pues, me descolocó.
No recuerdo muy bien el primer cuento que me leyó, pero de ahí en adelante cada vez que venía tenía la costumbre de leerme al menos uno. Poco a poco, se fue haciendo muy buena leyendo.
Hace un par de domingos tuve mi último día de trabajo en la biblioteca. Arelita ya tiene 15 años, y decidió irme a despedir. Me llevó a mi lugar favorito de la biblioteca, el que muestro aquí. Y leyó 5 o más cuentos hermosos, entre ellos, mi favorito de Jimmy Liao. La realidad se deshizo por un momentico.
Arelita es una cuenta cuentos ahora. No necesita del papel, ni de la imagen para tejerte un cuento en el aire.
Creo que Arelita es mi más grande éxito en la biblioteca, lo que más brilla en esos 6 años de trabajo. Y en la que menos trabajé, pues fue una labor de contemplación.
Si logras mejorar la vida de una persona, ya eres más que polvo.
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