Venezuela se lo pierde VIII: Natalia
Ya yo he escrito demasiado de vos, Natalia. Ya se pone odioso esto.
Se pone odioso, porque, carajo, uno no te debería querer tanto. Pero ¿Qué se le hace? Vos sois así de necia.
Mirá qué necia que a pesar de haber profesado por casi todos los años que te conozco contra este país, cómo luchaste por él. Carajo, cómo te vi luchar por Venezuela.
Desde la Universidad te revelaste contra lo que no sirviera, contra lo que pudiera ser al menos un poco mejor. Es decir, te revelaste contra todo lo que te rodeara. Te montaste una campaña para mejorar la Escuela de Letras, con tanto veneno como un capítulo de South Park. Y mira, aunque no se haya logrado, creo que abriste caminos para otros. Ya veremos.
Desde la Universidad también y a mi lado construimos un Submarino Amarillo para salvar la ciudad de su aculturalidad. ¿Te acuerdas que le echábamos la culpa a la falta de oportunidades para apreciar la cultura? De nuevo, otros siguieron tus pasos y ahora se ven oportunidades. Pero la ciudad sigue siendo la que te está echando a patadas.
Desde Caracas, a donde te vi ir con alas rotas, luchaste por una Venezuela mejor. Estuviste en la secreta revolución de ponerle una curita a la cara de lectores. Y eso te dio las alas con las que te veo volar ahora.
Carajo, Natalia. Diste todo por el todo, por ayudar al menos un poco. Hiciste lo que pudiste, y por eso mismo te admiro siempre.
Aunque me voy primero, tenía que dejar esto por escrito.
Venezuela se pierde a alguien que quería curarla.
Nos tocará llevar el submarino a otros mares.
Nos volveremos a ver.
Tomi.
Tomi tipi.
Se pone odioso, porque, carajo, uno no te debería querer tanto. Pero ¿Qué se le hace? Vos sois así de necia.
Mirá qué necia que a pesar de haber profesado por casi todos los años que te conozco contra este país, cómo luchaste por él. Carajo, cómo te vi luchar por Venezuela.
Desde la Universidad te revelaste contra lo que no sirviera, contra lo que pudiera ser al menos un poco mejor. Es decir, te revelaste contra todo lo que te rodeara. Te montaste una campaña para mejorar la Escuela de Letras, con tanto veneno como un capítulo de South Park. Y mira, aunque no se haya logrado, creo que abriste caminos para otros. Ya veremos.
Desde la Universidad también y a mi lado construimos un Submarino Amarillo para salvar la ciudad de su aculturalidad. ¿Te acuerdas que le echábamos la culpa a la falta de oportunidades para apreciar la cultura? De nuevo, otros siguieron tus pasos y ahora se ven oportunidades. Pero la ciudad sigue siendo la que te está echando a patadas.
Desde Caracas, a donde te vi ir con alas rotas, luchaste por una Venezuela mejor. Estuviste en la secreta revolución de ponerle una curita a la cara de lectores. Y eso te dio las alas con las que te veo volar ahora.
Carajo, Natalia. Diste todo por el todo, por ayudar al menos un poco. Hiciste lo que pudiste, y por eso mismo te admiro siempre.
Aunque me voy primero, tenía que dejar esto por escrito.
Venezuela se pierde a alguien que quería curarla.
Nos tocará llevar el submarino a otros mares.
Nos volveremos a ver.
Tomi.
Tomi tipi.
</3
ResponderEliminar